El pasado día 13 de noviembre el movimiento antirracista salimos a las calles para recordar que todas las vidas importan. No podemos olvidar a todas aquellas que quedaron por el camino, que fueron asesinadas.
Tampoco podemos olvidar al racismo institucional que sigue tan presente en los estados europeos. Ni tampoco a las personas internas en los CIES ni a las víctimas por la ley de extranjería.
No olvidemos, y recordemos que España NO es blanca.
Fue el momento para reivindicar los asesinatos de Lucrecia, Mame, Mohamed, Manuel, Marouane, Idrisa, Elezar, Mamadou e Issa, a quienes sus vidas fueron arrebatadas porque se les consideraron inferiores.
Pero también la lucha va por aquellas a las que intentan quitarles la voz; las trabajadoras de la fresa, las temporeras, las trabajadoras del hogar y cuidados, las que pierden su vida en aguas del Mediterráneo y a las que son expulsadas en vuelos de deportación…
La lucha no se olvida tampoco de las violencias machistas y homófobas que también se reflejan en los estados con políticas deshumanizadoras.
Recorrimos el centro de Madrid para hacer ver todas las injusticias y denunciar las violencias racistas que sufre día a día la comunidad de personas racializadas. En España sí hay racismo, un racismo tan interiorizado y estructurado en nuestra sociedad que sólo con la unión, deconstrucción y educación, podrá eliminarse.
Como personas blancas tenemos la responsabilidad de no callar sino de reivindicar, de aliarnos con el movimiento antirracista y qué mejor que participar en estos espacios para luchar todas juntas contra las violencias y discursos de odio. Era el momento de acudir, de usar nuestro privilegio como herramienta para luchar contra este sistema opresor y hacernos ver, ya que la blanquitud también es una estructura política que debemos derrocar en el camino de una sociedad justa para todas.
Nosotras también exigimos reparación. Ante un olvido colectivo, debemos luchar para recordar.
La energía que se sintió en las calles fue muy bonita y no podemos dejar de mencionar el buen trabajo por parte de las comisiones de la Asamblea Antirracista.
Seguimos adelante en esta lucha, porque unidas podremos vencer y conseguiremos enterrar el odio y el racismo que hoy en día están en auge en gran parte de los discursos de nuestra sociedad.
Antía Soliño, activista de Mil Colinas