El complejo de persona salvadora blanca no se basa en la justicia. Se basa en tener una gran experiencia emocional que valida el privilegio» – Teju Cole
Como personas blancas, el trabajo implica ganar consciencia. Es una responsabilidad social y humana, histórica. Este trabajo no es fácil, ni debe serlo. A lo largo de los más de 10 años de trayectoria de Mil Colinas, hemos aprendido mucho sobre lo que no somos consciente y estamos comprometidxs al trabajo continuo de autorreflexión y deconstrucción personal. Sabemos que es ahí donde está la clave para eliminar las estructuras sistémicas de opresión, en el trabajo interno de cada unx de nosotrxs, empezando por las personas con privilegios.
Algunas de las lecciones más importantes que hemos aprendido y seguimos aprendiendo están en este post traducido y adaptado de la activista antirracista @joonae.hk. En su publicación, explica de una manera detallada y real el problema derivado de lxs que creen hacer trabajo antirracista, pero lo hacen desde una posición en la que entran en juego las dinámicas de poder y el abuso de su privilegio. A lo largo de la historia y en la actualidad, las personas blancas que “ayudan” desde este enfoque a las personas racializadas adquieren una actitud de “persona salvadora” que mantiene y repite las estructuras opresoras que crearon la realidad del racismo en su origen.
Es crítico que las personas blancas tomen la responsabilidad de hacer un trabajo profundo de autorreflexión acerca de las motivaciones reales debajo de la necesidad de “ayudar” a personas racializadas. “Ayuda” no es lo que se necesita, sino la deconstrucción y reconstrucción de consciencia. Este trabajo es personal y colectivo, ya que requiere de otras personas que nos desafíen a ver lo que nos resistimos a mirar.
Cristina, activista de Mil Colinas
*Puedes consultar el post completo, traducido y adaptado, de la activista antirracista @joonae.hk. en nuestras redes sociales.